El invierno y la contaminación atmosférica

Boris Ivan Soto Jelvez

Ingeniero en Conservación de Recursos Naturales

Programa de Biorremediación, Campus Patagonia UACh.

Coyhaique.

La ciudad de Coyhaique se ha destacado los últimos años a nivel nacional e internacional, por sus altos índices de contaminación ambiental. Siendo sinceros, nosotros como habitantes de la ciudad, sabíamos o intuíamos que la calidad del aire no era la óptima para la salud. Recuerdo que, desde pequeño, siempre hubo periodos en los que salir en horas de la tarde, era exponerse a una capa de humo con la que era difícil respirar, por lo que no es un fenómeno nuevo, ni de los últimos años.

Afortunadamente, tenemos identificada la causa de la contaminación en el aire. Es principalmente, producto de la combustión de leña para calefacción, la que genera residuos y humos que quedan “estancados” debido a la geografía en la que está inserta la ciudad de Coyhaique, que, en combinación con las bajas temperaturas, genera ese efecto.

Lo anterior no es información nueva y su solución pareciera fácil. Solo se trata de eliminar las calefacciones que funcionen a leña y reemplazarlas por aquellas que generen menos emisiones a la atmosfera. Los calefactores más populares son los que funcionan a parafina, gas o pellet. Si bien a grandes rasgos las estufas a base de gas y parafina son más eficientes y fáciles de adquirir, siempre me ha causado resquemor el uso de derivados del petróleo para calefacción, sin mencionar que no todos los modelos cuentan con tiro forzado hacia fuera de las viviendas, por lo que, en algunos casos, los residuos de la combustión son expelidos dentro de las casas.

La mejor opción que se presenta, pero a su vez la de mayor costo, es la estufa a pellet, que en teoría, brinda un calor similar a un calefactor a leña convencional, ya que calefacciona tanto por convección, como por irradiación y usa un derivado de la madera como combustible. Sin embargo, el pellet, en su mayoría, se produce fuera de la región de Aysén, ya que es un producto secundario derivado de la industria forestal que está presente en la zona centro sur de Chile. Entonces, al analizar el impacto a la atmosfera que se genera al fabricar y transportar el pellet hasta nosotros, aunque no afecte directamente a la contaminación de Coyhaique, sí lo hace al balance global de emisiones a la atmosfera. La alternativa del pellet podría mejorar, si la industria fuera promovida en nuestra región, invirtiendo y capacitando a los productores leñeros, teniendo en cuenta para esto, una buena planificación a largo plazo, con aportes del estado y asesoría de profesionales del área.

Quizás la opción más “eco-amigable” a implementar, sería el uso de calefactores a base de energía eléctrica, que a corto plazo es fácil de ejecutar y genera una baja o nula emisión de gases en el proceso de calefacción, sin embargo, su costo es muy elevado producto del alto precio de la electricidad en la región. El termino eco-amigable lo presenté entre comillas, porque es incorrecto, si consideramos que la matriz energética de la región, en su mayoría, se produce en base a derivados del petróleo.

Si a las alternativas anteriores no sumamos una buena aislación dentro de los hogares y una adecuada disposición de las fuentes caloríficas, la eficiencia de éstas decrece considerablemente y, por ende, aumenta el costo de mantener temperaturas agradables al interior del hogar. Una buena aislación permite una mejor y más eficiente forma de calefacción, además de temperaturas más frescas en verano. Esta es unas de opciones que más beneficios puede traer a largo plazo y la que se debería priorizar.

Entonces, ¿Por dónde empezamos? No existe una respuesta única, ya que cada hogar es diferente y las condiciones para modificar el método de calefacción no son las mismas para todos. Las ayudas del estado siempre son un apoyo para las familias que más lo necesitan y las ordenanzas municipales también colaboran a delimitar el camino para un cambio favorable. Nosotros podemos aportar a la descontaminación atmosférica reduciendo nuestras emisiones, ya sea tomando algunas de las acciones mencionadas u otras, como por ejemplo, si ya se tiene una estufa a leña, evitar el uso de leña verde o húmeda. Con esto cada uno puede aportar su grano de arena para vivir en un entorno lo menos contraminado posible.