Boris Soto Jelvez
Ingeniero en Conservación de Recursos Naturales
Programa Biorremediación – Campus Patagonia UACh
La carretera austral es una ruta que se ha vuelto cada vez mas popular como recorrido turístico, tanto a nivel nacional como internacional. Para aquellos que vivimos en la región desde hace años, vemos cómo esto ha ido en aumento con cada verano.
El turismo, como actividad económica, es una de las que genera menos impactos al medio ambiente, si la comparamos con actividades como la minería y producción silvoagropecuaria. Sin embargo, aquello no significa que no genere algún impacto directo al medio ambiente, a veces imperceptible y otras, más evidente.
Para poner un ejemplo: Pucón, una pequeña ciudad de Región de la Araucanía, destino predilecto por muchos años en el “Sur de Chile”. Uno de sus principales problemas radica en que el número de edificaciones aumenta cada año, no solo en la ciudad, sino también, a las orillas de lago Villarrica y hacia las faldas del volcán del mismo nombre, que es considerado como uno de los mas peligrosos de Chile, debido a su cercanía a la población y constante actividad.
El descontrol del crecimiento de la población, además de la intervención de las riberas y los afluentes del lago, como también la gran cantidad de descargas de desechos humanos que llegan al mismo, está ya presentando daños visibles al ecosistema lacustre, provocando un desequilibrio que afecta a los humedales naturales y a las especies de fauna nativa que los habitan. A pesar de lo anterior, todavía no hay una planificación adecuada destinada a detener este deterioro. Este es solo un ejemplo de lo que puede suceder en un destino turístico, si no hay un control establecido de qué y cuánto se puede hacer en cada lugar.
En nuestra región tenemos una situación similar o en vías de sufrir el mismo impacto negativo. La localidad de Puerto Rio Tranquilo es un destino infaltable para quienes nos visitan, gracias a la cercanía a la capital regional y sus grandes atractivos, tales como las Capillas de Mármol y el Glaciar Exploradores, que reciben una gran afluencia de personas, sobre todo en verano, donde la población flotante puede llegar a duplicar a la que reside habitualmente en el sector. Todo esto suma para que la localidad presente una gran oferta de servicios de turísticos, trayendo consigo un aumento la actividad y un inevitable incremento de desechos humanos.
Hace no mucho tiempo, se volvió a escuchar que la comunidad de Puerto Rio Tranquilo, estaba manifestándose por los malos olores atribuibles a un mal funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas servidas, que desembocan directamente en el lago General Carrera. Esta situación se ha repetido en años anteriores y si analizamos un poco, es esperable que en temporadas altas el sistema colapse, ya que no fue planificado para la cantidad de personas que usan el servicio en temporada estival. A largo plazo esta situación podría generar gran impacto en los cuerpos de agua.
En Villa Cerro Castillo, nos enfrentamos a un escenario semejante hace un par de semanas, donde se presentaron malos olores provenientes del sistema de aguas servidas. Esta localidad que también se ha vuelto una parada obligada para muchos turistas y donde ya podemos observar un aumento notable en la cantidad de servicios, seguirá creciendo y esta situación podría repetirse.
Finalmente, y como último ejemplo, podemos mencionar a la localidad de Caleta Tortel, que por muchos años careció de una planta de tratamiento de aguas servidas, lo que ha significado que los problemas sanitarios podrían ser inminentes, ya que la mayoría de las descargas llegaban a los cuerpos de agua, siendo un riesgo sanitario, generando episodios de malos olores, principalmente en verano. Afortunadamente, ya está en proceso de construcción una planta de tratamiento, que permitirá disminuir la posibilidad de riesgo a la salud de la población y el impacto al medio ambiente.
Para finalizar, vuelvo a formular la pregunta: ¿Estamos preparados para el turismo? Desde mi punto de vista no estamos suficientemente preparados. El turismo atrae una gran cantidad de personas y todavía tenemos poblados que no cuentan con los servicios básicos necesarios para cubrir las necesidades de los visitantes. También hay otras falencias dentro de la región que no he mencionado, pero existen. El turismo puede ser planificado a largo plazo, es una oportunidad para fomentar mejoras en las condiciones para los habitantes de nuestra región y para recibir a los turistas que se deciden por el destino Patagonia.